Uno de los momentos más mágicos y emotivos de una
boda (aparte del momento del “si, quiero”) es cuando entran en escena los
anillos de los novios. Un momento único que inicia el punto álgido de cualquier boda y en el que tenemos muchas alternativas para hacer algo distinto, emotivo, enternecedor, divertido e incluso reivindicativo.
Por lo general, los
anillos vienen presentados en un estuche y un soporte para que no se muevan o caigan (imaginaros que nervios si esto te ocurriera…). En las bodas más tradicionales podemos optar por el estuche clásico, pero podemos optar por cualquier forma de estuche para hacer algo diferente y que sea recordado por los invitados.
Podemos hacer que este momento sea emotivo si apostamos por una decoración enternecedora y amorosa, jugando con corazones y frases amorosas; podemos hacer algo divertido si cogemos algún elemento no propio de un estuche, como por ejemplo unos zapatos pequeños; o podemos hacer algo naturista si cogemos algún elemento de la naturaleza, como césped, flores o cortezas de árboles (mucho mejor si es un estuche artificial).
La entrada también es muy importante. Si en la familia o entre vuestros amigos hay algún niño o niña, se le puede pedir que él o ella los acerque al altar, es muy emotivo y le da un toque de pureza al enlace. Pero también puede llevarlos al altar el padrino de la novia, su padre o su abuelo, por ejemplo, si la relación es muy fuerte.
En cualquier caso,
la entrada de los anillos se debe cuidar y debe ir acorde con toda nuestra boda, si hacemos una boda informal, la entrada de los anillos también debe ser informar. Si no lo hacemos, puede perder encanto.
Aquí os dejamos algunas ideas. ¿Recuerdas como llevaste los
anillos el día de tu boda?